El hornero pati amarillo, martín pescador, carpintero pechipunteado, azulejo glauco, garza tricolor, aura cabeciamerilla y el gaviotín picudo, son algunas de las 120 especies que hacen parte del entorno natural que enriquece el ecosistema del Caujaral.
Ubicado en Puerto Colombia, el Caujaral es un área con un alto valor ecológico, que aporta al desarrollo sostenible y a la preservación de la biodiversidad no solo del departamento, sino de la región. Eso asegura Sergio Espinosa, presidente del Club Lagos de Caujaral.
“La conservación de estas especies atenúa los efectos del cambio climático, reduce los niveles de contaminación, frena la expansión urbana desordenada y provee hábitat para un sinnúmero de especies”, señaló.
Lejos del ruido de la ciudad, este espacio natural conserva lo que sería para avistadores de aves y ornitólogos, un verdadero paraíso.
“Las proyecciones indican que podríamos registrar hasta 150 especies, una vez se produzca el fenómeno migratorio de las aves que vienen de países del norte, como Estados Unidos y Canadá”, explicó el biólogo Hugo Vides.
Taller de conservación
Entender el hábitat y comportamiento de las aves es un tema complejo, por esa razón, el club decidió diseñar un espacio para sus socios y empleados, y de esta manera contribuir no solo a la preservación de las especies, sino a la generación de oportunidades laborales.
Niños, jóvenes y adultos se han vinculado al taller que busca sensibilizar y capacitar acerca del proceso de avistamiento de aves.
“Es importante que los trabajadores del club conozcan sobre estas especies que conviven con nosotros y sobre todo que entiendan que no son un elemento más del paisaje. Además vemos la posibilidad de entrenar a habitantes del barrio La Playa para que a futuro se conviertan en guías para los observadores que nos visiten”, dijo el presidente del club.
Diversidad
La presencia de lagos, de bosque y fauna, propicia buenas condiciones para el hábitat y diversidad de especies como: las aves playeras, boreales y de bosque, según el biólogo.
“La guacharaca caribeña es una de las especies endémicas. También tenemos el pato cariblanco, una especie amenazada y vulnerable a extinción, sin embargo encontramos que está en reproducción, esto indica un hecho significativo, porque nos reitera que aquí hay buenas condiciones ambientales para el desarrollo de las aves”.
Por su parte, el gerente del club Juan Amín explica que el entorno se ha diseñado para que las decenas de aves cuenten con un espacio propicio para su adecuada reproducción.
“Tenemos 12 comederos y cinco lagos. Aquí en el Caujaral el entorno está dispuesto para pasar un día en familia rodeado de la más exquisita naturaleza”.
Contribuir con el medio
Beneficiar a las especies y a la comunidad es parte de los objetivos trazados con este proyecto de flora y fauna, que adicionalmente trabaja en la sensibilización del cuidado del medio ambiente.
“Si bien es un esfuerzo que se ha hecho desde un club privado, la idea es impactar a toda la comunidad, como por ejemplo a los habitantes del barrio La Playa. Creemos que vinculando a la comunidad logramos concientizarlos acerca de la importancia de contribuir con el medio”, manifestó Hernando Baquero, vicepresidente del club.
La cultura ambiental no es un tema ajeno para el Caujaral, que ha emprendido proyectos de reciclaje y reutilización de recursos naturales.
“El agua del arroyo León la tratamos y la usamos para el riego de las canchas de golf y el mantenimiento de nuestros lagos, todas las acciones que adelantamos van encaminadas a hacer más amigables con el planeta”, recalcó Sergio Espinosa.
Según el Aviario Nacional, Colombia es uno de los países con más especie de aves en el mundo, lo que la convierte en un destino predilecto para turismo de aves. Precisamente bajo este concepto el club Caujaral quiere convertir su gran extensión de flora y fauna en destino para avistadores de aves.
“Alrededor de este gran tesoro que descubrimos esperamos que este proyecto pueda trascender y contribuir al turismo de la región”, dijo el presidente del club.
Adicionalmente, el biólogo menciona que descubrir este gran ecosistema salvaguarda no solo a las especies, sino a este tipo de bosque seco, uno de los más amenazados en el mundo y también en el país.
“El crecimiento acelerado de las ciudades termina por acabar con estos ecosistemas, destruyen la riqueza natural y la ecología del paisaje; que finalmente proporcionan grandes ventajas al ser humano”.
Otras especies de animales como tigrillos, culebras, mapaches, babillas entre otros, hacen parte de este paisaje que propicia un espacio ideal entre la fauna y flora colombiana.
FUENTE: EL HERALDO